XOVE

 

 

XOVE. IN MEMORIAN. No salió de La Habana, ni rumbo a Nueva York.... El inefable Xove sufrió, en la madrugada del pasado jueves día 11, un inexplicable e inmerecido accidente cuando realizaba operaciones de descarga de cemento en el puerto de Aveiro. Pero la mar, el mar o sus míticos moradores periódicamen¬te cobran su tributo.

El Xove fue víctima de una simple ley física. Una causa aun sin determinar hizo que su centro de gravedad se desplazase más allá del límite de escora permitido, perdiendo la estabilidad y volcando totalmente a babor mientras la mayor parte de su tripula¬ción descansaba.

Los habituales paseantes de la zona del faro, no volveremos a ver la silueta de su pequeño porte cruzar entre punta Forcada y la Deva navegando "xeitoso" a poca máquina y enfilando con seguridad la barra de la ría para arribar al abrigo de un puerto amigo.

El Xove, después de miles de singladuras a lo largo de sus casi veinte años de vida, muchas de ellas en la ruta San Ciprián-Avilés, es posible que haya rendido su postrer viaje, ya que una vez adrizado quizá no vuelva a navegar. Por otra parte aunque vuelva a hacerse a la mar ya nada será igual. Triste final para el buque y parte de su tripulación.

La fotografía fue tomada una mañana del mes de febrero de 1998. Al fondo, entre la bruma, la Deva; en proa dos tripulantes se aprestan a las maniobras previas al inminente atraque.

Y terminar al hilo triste de la habanera:... no siento el barco, no siento el barco, que se perdió. Siento el piloto, siento el piloto y la tripulación.

El más cálido sentimiento para todos los afectados.

Texto y fotografía José Carlos Valdés Álvarez

La Nueva España, marzo 1999